Días sin escribir, pero no por falta de ganas sino por tiempo. El viaje, tan importante, ha quedado en segundo plano, debido a que de la nada, con poco trabajo, sin apuro y demás, en una semana vendí mi casa.
Esto me ha generado un estres extra. Salir a buscar casa a lo loco porque en 60 días entrego la mía. Noches sin dormir buscando por internet. Días alternados entre comienzo de clases de los peques, trabajo y visitas a propiedades.
Cuando me di cuenta, faltaban solo 18 días para irme de viaje. A lo cual, decidí poner un stop.
No estoy disfrutando de mis preparativos de viaje ni tampoco de la compra de una casa. Dos cosas hermosas a las cuales no les estoy poniendo el entusiasmo que merecen, sino, por el contrario, estoy mal.
Tengo una casa vista que me gusta mucho. Haremos la oferta correspondiente y, si todo sale bien, nos mudaremos para ahí, sino después del viaje buscaremos algo para alquilar por un año y buscaremos con la tranquilidad que merece el tema. Hasta podemos buscar algo que valga la pena reciclar, como lo hicimos cuando nos mudamos para donde estamos.
En fin, ya el tiempo dirá.
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