Si estuvieras aún aquí, hoy hubiera reído y llorado contigo, como hace exactamente 6 años atrás en un domingo 15 de mayo.
Probablemente hubiéramos compartido el almuerzo, o tal vez una pequeña y cálida reunión en la tarde.
Hubiera despertado y te hubiera llamado apenas unos minutos después de que mis hijos me saludaran y me dieran sus regalos.
Si estuvieras aquí, mami, hoy hubiera sido un día muy parecido al que fue, pero a su vez completamente diferente.
Hoy te extraño. Como muchas veces te extraño, pero con el recuerdo que fue tu último día de la madre. Con el recuerdo que un día después dejaste de ser vos y, a pesar de todo, hubo ratitos que lo seguías siendo, porque a pesar de tu dolor te seguías riendo hasta de vos misma.
Desde entonces muchas cosas han sucedido. Estoy segura que muchas hubieras amado ver y otras hubieras detestado tener que soportar. Pero así y todo, también sé que te gustaba vivir, con esos altos y bajos, porque lo que hoy soy, esta persona compleja, que todo se cuestiona, que a todo le busca la vuelta, pero que también ama la vida, las risas, los afectos y al amor, todo eso, es el reflejo de vos. Por eso estoy tan segura que hubieras preferido no perderte nada.
Pero no estás. Y te extraño. Porque no sólo eras mi mamá, eras mi confidente, mi contención, mi resguardo. Con tu fragilidad protegías la mía, en tu regazo me permitías reposar, con tus palabras me hacías pensar, con tu amor me enseñabas a amar.
Pasan los años y la falta sigue persistiendo. No hay caso, hay cosas que no se olvidan y que nadie suplirá.
Eso sí, la vida me ha cruzado con gente encantadora, como la que te rodeaba a vos. Estoy segura que tu influencia desde donde estés es la que hace que los hilos de mi vida se muevan con la sutileza que se logran mover. Sé que es así.
Hace tiempo que no puedo decirte feliz día, ni feliz cumpleaños, ni feliz nada. Sólo puedo tenerte presente en mi corazón. Y a veces duele. Porque nadie podría entenderme mejor que vos. Nadie.
Será una semana difícil, vaya si lo será.
No podés secar mis lágrimas. No podés leer mis letras. No podés abrazarme ni tampoco puedo yo. Pero sí puedo decir "te amo", porque no es un "te amo donde quieras que estés", porque sí sé dónde estás y es aquí, muy resguardadita en mi corazón.
Un día como hoy, fue tu último día siendo vos. Hoy tu fragancia me perfumó.
No es feliz día para vos. Sólo es un día de gracias, por seguir siendo la guía invisible pero siempre perceptible de mis pasos.
Te amo. Hasta el final de mis días, donde sé que me estarás esperando. Gracias por ser siempre, aún sin tu presencia física, mi mamá.
No hay nada que pueda decir... solo reconocer cada cosa que sentís, en un silencio resignado que duele.
ResponderBorrarTe quiero mucho ami!!!
Un abrazo. A mi también me duele su ausencia, y te comprendo.
ResponderBorrarGracias. A los dos. Besos. A los dos.
ResponderBorrarMagelucha...seguro que tus palabras y tu sentir llegaron a su alma, porque en tu corazón perdura el amor de tu mamá. te quiero mucho amiga, muucho.
ResponderBorrarMage, hacía mucho que no pasaba por acá. Esta carta imposible ha conseguido emocionarme. Lo único que puedo decirte es que tuve el inmenso honor de conocer a tu madre y que estoy segura que estaría orgullosa de vos por la mujer en la que te convertiste.
ResponderBorrarAún recuerdo su sonrisa eterna, era sin duda un ser especial.
Un inmenso abrazo
Mage, llego tarde a leer esto, admiro que tengas esos sentimientos de presencia tan grande y con certeza tu madre está dirigiendo los hilos para que tu vida sea llena de amor, como se nota que es.
ResponderBorrarBeso grande y fue un aliciente haberte conocido, se nota que sos diferente, en un sentido que suaviza el alma.
Calita, gracias. Sé que sí, pero hay una parte que igual me gustaría que lo viera "en materia". No me conforma, a pesar de tener que conformarme igual. Yo también te quiero, amiga.
ResponderBorrarMaita, sé que sabés cómo era mi mamá. Y yo, como hija, puedo describirla de forma maravillosa, obviamente. Pero cuando personas que la conocieron, como vos, dicen algo así como "tuve el inmenso honor de conocer a tu madre", uffff, vaya si se me ensancha el corazón. Su sonrisa eterna ... no sabés la cantidad de gente que hace mención a mi sonrisa y yo me asombro. Qué orgullo que me lo haya dejado de herencia :)
Lore, que lindas palabras. Para mi fue un placer haberte conocido. Y estar aquí cuando lo necesites, a pesar de que seas chúcara :) (jeje, fue chiste).
Besos a todas!