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lunes, 29 de junio de 2009

LA OTRA


Caminando por la ruta dibujada por tus ojos color miel, que se hundían en los míos, llegué al fondo de tu ser, a la esencia de tu alma.

No golpeé, pero quise entrar.

Tiré abajo la puerta que la ocultaba y, con todo el ímpetu que me embriagaba, intenté sumergirme hasta el fondo de tu fibra más resguardada.

Claro, tonta de mi que me dejé engañar por tu mirada y no vi que en la puerta colgaba el cartel de:
"Ocupado, esta alma ya fue entregada"

jueves, 25 de junio de 2009

SEDUCCION NATURAL


A la ciudad siempre la miro con ojos urbanos. Como corresponde. O como ella quiere que la miremos.

Ello conlleva a que el smog nuble mi mirada, a que el cemento gris se acople al invierno de cada uno de los ciudadanos que se visten en composé con las veredas. Y a que si en algún momento deciden cambiar su atuendo tan poco colorido, le agreguen simplemente algunos toques de negro fúnebre o pasen a la gama de marrón árbol deshojado.
Pero hoy, hice un pequeño cambio en mi mirada y decidí prestarle más atención al poco verde que aún con este frío la viste.
También miré el cielo y estaba despejado, se veía el sol. Y la luna. Finita ella, pero ahí estaba, marcando tímidamente su presencia.

Me fui acercando a la costa, lugar donde vivo. Me vinieron ganas de ver el mar. Me encontré a unos pocos pescadores frente a una playa dibujada apenas con unas pequeñas olas. El agua parecía un espejo que reflejaba el azul del cielo, dándole a la tarde invernal un toque más de frialdad, aunque agradable para los ojos que allí decidieran reposar.

Por esas cosas de la vida que no vienen al caso, hoy llevaba mi cámara conmigo (igual la tecnología ha hecho que siempre tenga una al alcance de mi mano, pero esta vez era mi cámara de fotos de verdad). Entonces comencé a fotografiar lo que veía: los árboles sin hojas, los con hojas, las flores de tuna, el perro que asomaba la nariz por debajo del portón de madera de su casa, el cielo, el sol, el agua, el pescador, la arena y hasta un nabo que por ahí decidió parar (era un nabo de verdad, no un humano "nabo", que también los hay, claro está).

Fotografié a las aves que en bandada hacían círculos para aquí y para allá. Nunca entendí si no sabían si irse o quedarse o si sólo habían decidido salir a jugar. Se me antojó lo segundo, así que sonreí al verlas pasar.

Y de repente, fotografié lo que para mi fue un segundo de paz. Un rayo de sol, un poste de luz y allá en lo alto un pájaro que miraba toda la escena desde un ángulo al cual sólo él podía llegar.

Hoy volví a casa más contenta.
Esa simple imagen de lo natural hizo que mi día dejara de tener el gris de la urbanidad.

lunes, 22 de junio de 2009

PALABRAS


Palabras que se dicen,

palabras que se callan.

Palabras que se cuentan y que se descuentan.

Palabras que se huelen, se ven, se saborean o se palpan.

Sonidos.

Silencios.

Palabras que sin decirlas, se expresan.


viernes, 19 de junio de 2009

Y ... TAL VEZ ES UN BUEN DÍA

Para retomar, para escribir, para contar, para compartir.
Tal vez es un buen día para sonreír, para llorar, para cantar, para callar.
Tal vez o sin tal vez, aquí estoy, después de casi un año tirando líneas al azar y con una anécdota para contar.
Hoy empecé el día a lo loco. Me dormí, así que ya salí apurada, manejando a más de la velocidad permitida todo el camino, con los ojos muy abiertos intentando evitar policías de tránsito (ya me harté de las multas y, excepto por la velocidad, tomo todas las precauciones posibles: manos libres, cinturón, luces encendidas ... y los ojos bien abiertos para ver chalecos naranjas).
Ya en la rambla tuve mi segundo ataque de stress. No sé si había un accidente o qué, lo cual implicaba desvío. Como buena uruguaya que me creo super viva, vi venir el trancazo y subí una cuadra antes. Claro que dos más adelante estaba toda la fila de autos subiendo y volví a trancarme.
Me di por vencida y decidí seguir a la multitud (cosa que no me gusta mucho hacer, pero en este caso no había más remedio).
Llegué finalmente a la oficina, corrí a poner un ticket en el auto, subí al ascensor arreglándome la ropa, el pelo, la cartera ... nadie me abre la puerta, uso mi tarjeta de ingreso, ya en el último número siento el "click click". Alguien me estaba abriendo.
En fin, para hacerla corta, llego a mi puesto de trabajo y tras chequear el correo me dispongo a buscar un documento que hacía dos días se encontraba en la oficina (necesitaba agregarle un dato). Dada la burocracia interna, estuve unos 40 minutos tras el mismo hasta que finalmente apareció.
A todo esto, el tiempo pasaba y yo tenía que estar en menos de media hora en una reunión a unos 20 minutos de allí (previo debía pasar por otra empresa a dejarle un material ... o sea, seguía a las corridas).
Salí con paquetes en la mano, sobres, agenda ... sostenía con las manos, los brazos, la cabeza. Y claro, al llegar al auto, las llaves estaban en el bolsillo de la campera. Imposible sacarlas.
Apoyé todo en el techo del auto y abrí el baúl. Comencé a acomodar las cosas cuando suena el celular. Atiendo, me pongo a hablar, cierro la tapa y subo al auto. Sigo hablando. Arranco y al doblar en la esquina un hombre que me dice algo. Yo que carajeo "Si! Ya vi el cartel de PARE!!!!" .... hasta que miro por mi espejo retrovisor y todos mis paquetes estaban tirados en la calle. Nunca llegué a poner todo en la valija del auto!!.
Vestida de vergüenza de pies a cabeza, di marcha atrás mientras veía que una amable señora recogía todas mis pertenencias mientras hablaba con el hombre y unos diez obreros de la construcción que por allí andaban.
Gracias INFINIT por hacer unos lentes tan oscuros y envolventes!! Sin ellos no hubiera podido bajar.
En ese momento me di cuenta que o prestaba un poquito más de atención o los atentados inconscientes que podía llegar a cometer en el día podrían ser muy perjudiciales.
Un llamado y un almuerzo en compañía de mi primo lo mejoraron notoriamente.
Luego de reírme bastante ya los niveles de stress se disiparon. Uff! Como necesitamos volver al mundo real personal!! En el otro vuelan paquetes. En el de uno, la que despega es el alma.