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lunes, 24 de diciembre de 2007

DEL MAIL AL BLOG EN NAVIDAD

Este es un mail que escribí a mis seres queridos. Lo publico aquí para hacerlo extensivo a todos aquellos que hagan un stop. Si bien hay cosas muy personales, mis augurios son para toda la humanidad.

“Despertás y ya sabés, no es un día más …”

Así empieza la canción de despedida de Buitres en sus recitales. Y hoy, tomo prestada esa estrofa porque me parece oportuna. La Navidad es un día de familia, un día de amigos, de reunirse con gente que queremos. Para algunos de ustedes no tiene un significado en sí mismo, no es más que una excusa para reunirse. Para otros, es la celebración del nacimiento de Jesús.

Para los primeros quiero decirles que no tomen este día como un día más, sino que tomen conciencia de la gran dicha de tener amor por cada una de las personas con las que elegimos estar, de tener platos llenos de comida y vasos llenos de los que beber. Agradezcamos que existan excusas para reunirnos y disfrutar de esta vida con pequeños y grandes placeres. Celebren el estar vivos y, si no es del todo, medianamente saludables. Gocen de este día y disfrútenlo. Sean felices y dediquen un minuto a pensar en lo maravilloso que es tener padres quienes los tengan, hermanos, hijos, pareja o amigos con quienes levantar una copa y brindar. Siéntanse dichosos de lo que la vida les da.

Para los otros, tómense un momento para meditar sobre todo lo anterior y también sobre el significado de la Navidad, qué estamos celebrando y por qué lo hacemos.

Para quienes los tengan como yo, disfruten ver a sus hijos abrir los regalos y recuerden que eso es parte de la magia de la Navidad, ver esas caritas felices y llenas de ilusiones al encontrarse con lo que les trajo Papá Noel. Quienes tengan hijos grandes que ya sepan sobre el esfuerzo que hacemos para que tengan lo que les gusta en el árbol esa noche, pónganle magia a este día a través de otras cosas, preparando la mesa en familia, cocinando juntos o generando algo que se transmita de generación en generación, porque eso es amor, el cual quedará en sus recuerdos por siempre.

Por mi parte, aunque no tenga hermanos, aunque mis padres ya no estén, aunque tenga un hijo que los acompaña en el cielo o donde quiera que estén, aunque haya tenido que luchar por vivir, aún así siento que tengo mucho que agradecer y celebrar. Agradezco estar viva para poder compartir con ustedes estas palabras, agradezco a mis papás por enseñarme a vivir cada día renovando el amor hacia los demás, agradezco a mi hijo que me enseñó que la vida es eso, sólo un instante, que hay cosas que no dependen de nosotros, que uno puede salir adelante a pesar de las adversidades. Y agradezco especialmente a todos mis amigos (los de cerca y los de lejos), a mi familia grande y familia chica que han estado a mi lado siempre a pesar de los pesares, bancándome malhumores, llantos, cansancio y transmitiéndome alegría, fuerza y amor incondicional.

También agradezco por los que están llegando a mi vida, brindándose con cariño y ternura, permitiéndome que los conozca y dándose la oportunidad de conocerme.

Y por los que conozco a distancia, que sin conocerlos personalmente han sabido escucharme o leerme y darme sus palabras de aliento cuando las necesitaba.

Por todo esto y por mucho más, les deseo una muy Feliz Navidad.

jueves, 20 de diciembre de 2007

CRONICA DE UNA PRE-NAVIDAD ANUNCIADA

Hace pocos instantes llegué de una despedida familiar (a la que concurrimos solo Renzo, mi peque más peque, y yo). Estos días de fiesta son así. Y hasta Navidad no paro.
Aquí dejo un detalle de mi día, a modo de ejemplo, porque desde hace un par de semanas todos se le parecen:

8:30AM - Suena el despertador. Me cuesta levantarme ya que la noche anterior me acosté 2:30AM.

8:45AM - Es el límite, así que saco el pie de la cama y dormida voy al baño (no me baño, ya lo hice la noche anterior porque de mañana sé que no puedo por una cuestión de tiempo). Lavo mi cara. Ahí me despejo un poco. Vuelvo a mi cuarto, antes pasando por el vestidor, así que ya voy agarrando la ropa que me voy a poner. Me visto y voy a despertar a Juan Diego (mi peque mayor) lo cual no es tarea sencilla (Renzo por suerte duerme plácidamente en el otro cuarto). Beso, “buen día”, abro su ventana y vuelvo a mi cuarto a terminar con la vestimenta. Otra vez al baño, arreglo un poco mis rulos con el secador y planchita en la parte de adelante.

9:05AM – La chica que se queda con Renzo ya llegó. Eso indica que es tarde. Corro hacia la cocina a preparar los desayunos. Mientras calienta la leche en el micro voy al cuarto del niño mayor y lo ayudo a vestirse. Lo arrastro hacia el baño y yo sigo camino hacia la cocina, para poner la otra taza en el micro. Mientras calienta guardo todo en la mochila. Digo unas 20 veces “tomá la leche Juan Diego que me tengo que ir”. Vuelvo al baño a lavar mis dientes y pintarme. Doy algunas vueltas juntando las cosas y supervisando la leche y lavado de dientes del niño.

9:30AM – Salimos a la carrera – “mamá, ya no quiero ir más a la escuela” … “lamento mi amor, te quedan pocos días” (está yendo a extensión horaria, si bien no es curricular es una especie de "guardería" hasta el 21/12)– y tomo la rambla camino al colegio. Deposito al niño en la puerta y juego casi al ring raje. Sigo camino hacia el trabajo.

10:10AM – Obvio que llego tarde. Compro un ticket de estacionamiento por una hora y entro a la oficina con los pelos para todos lados (no sé por qué insisto en perder tiempo en arreglarlo). Lectura de mails, coordinación de reuniones para el día y algunas para el siguiente.

11:20AM – A la calle de nuevo (por suerte vengo zafando de las multas). Visitas varias a comercios por todos lados por estar cubriendo licencia y a mis queridos compañeritos que están en Punta del Este (TODOS quieren vender con Visa para estas fiestas). En el medio, paso por un Shopping (por trabajo) y aprovecho a hacer algunas compras navideñas que faltan. No termino. Aún me faltan 2 regalos.

4:30PM - Recuerdo que no comí. Decido sentarme y pedir algo. En el medio me llama mi marido para preguntarme “qué llevo?”(tiene un minimercado) … YO QUE SE!!! Estoy trabajando y no tengo la menor idea de lo que falta en la heladera. “Lo que quieras mi amor, leche y no sé si falta algo más” (leche siempre es necesario, es lo único que sé a ciencia cierta). La buena noticia es que levanta a los 2 niños. Bien, gano tiempo. Sigo trabajando un rato más.

6:30PM – Ya de retorno, paso por un supermercado a comprar unos helados palito pues mañana festeja Renzo su cumple en el jardín de infantes. No hay. Cambio de apuro el menú-sorpresita. Juguitos de fruta con galletitas más unos chupetines (en la tarde ya había comprado burbujas en una de mis idas al shopping). Paso por el jardín y dejo todo, porque en la mañana el tiempo no rinde.

7:30PM - Llego a casa, limpio el pis de Renzo del piso, ya que estamos en “educación sin pañal”, lavo mis manos y empiezo a hacer el merengue para la torta. La decoro, tiño el merengue, sigo decorando, le pongo unos adornos, velitas y otra vez al jardín a llevarla. Vuelvo, me cambio de ropa, visto a Renzo y salgo para lo de mi tía.

9PM - Llego a lo de mi tía. Al menos ahí no hago nada más que charlotear con mis primas.

11,30PM - Me retiro. Dejo a mi prima en su casa. Al llegar a la mía veo que el auto de mi marido aún está afuera. Por supuesto que él ya duerme. Así que abro el portón, entro el mío, el de él, saco del auto las 10 bolsas que se van acumulando con regalos y que nunca puedo bajar porque los niños están despiertos, bajo a Renzo que viene dormido cual angelito, lo acuesto, se pone a llorar, lo consuelo, nada, sigue llorando, lo arrullo un poco, le doy una mema y por fin se duerme. Pongo unas empanadas en el horno para las viandas de los niños del día siguiente y me pongo a escribir. Paro un poco para pintarlas (con las yemas de los huevos del merengue que preparé temprano). Sigo escribiendo.

1:25AM - Aún me queda bañarme. Espero hoy acostarme media hora antes (no me ilusiono por mucho más, porque antes de las 2 será imposible).

Me voy. Las empanadas están prontas.

Antes de publicar esta entrada saqué las empanadas del horno. Se quemaron un poco, igual marcharán así. Mañana las raspo un poquito y a otra cosa mariposa

lunes, 17 de diciembre de 2007

RETOMANDO ...

Un poco por obligación y otro poco por placer es que decidí retomar la escritura en este pedacito de hoja en blanco que con el movimiento de mis dedos se va llenando.
(gracias Gabriela por tu empujón ... y te hice caso, cambié la foto. Si bien no es la mejor, es la única que hay actualizada, por ahora).
No es un buen día para retomar ... o tal vez sí. Esta dualidad que tengo a veces me mata ... y me da vida.
En definitiva, hoy concurrí a la pediatra de mi hijo mayor. Es que ayer, con sólo 6 años, lo vi colgado de una cuerda. Claro que los pies le llegaban al piso, pero él había colocado su cabeza en un cinturón de su bata de piscina que estaba atado a la cuerda de colgar la ropa. Y no es la primera vez que "juega" con cuerdas (bonito juego se buscó). Si bien lo ha hecho en otras oportunidades, nunca fue suspendido de algo, sino con una cuerda alrededor de su cabeza. Tras haberle explicado en previas que eso no era un juego y las consecuencias podían ser muy graves, ayer al verlo obviamente corrí a sacarlo de allí y, sin ánimo de ser histérica pero sí madre enojada y preocupada, le planté la pregunta: "¿Vos querés matarte?", a lo cual respondió: "No". A continuación, una breve explicación sobre que uno no puede "jugar a morirse para ver qué pasa". Que si nos morimos desaparecemos para siempre y nunca nos vamos a enterar de cómo es porque no podemos volver (la explicación religiosa o sobre reencarnaciones obviamente no venían al caso, más allá de que creo fervientemente en ellas). Para él no era más que un juego, porque al saber que con eso "no se puede jugar", inmediatamente siguió haciéndolo con otra cosa. Pero, la preocupación en mi quedó. Al igual que en mi esposo. Así que hoy me fui a la pediatra y terminó dándome un pase para psiquiatría infantil. Si bien ella está de acuerdo conmigo (y le pareció muy bien el modo en que se lo había preguntado, lo cual me dio cierta tranquilidad de haber actuado bien como madre), también está de acuerdo en que más vale prevenir que lamentar.
Claro está que todo el orgullo que siento como madre de tener un hijo inteligente que termina su último año de nivel incial sabiendo leer, escribir, sumar y restar, que las calificaciones son destacadas y tiene un montón de felicitaciones, que recibe su primer diploma por obtener el 2º lugar en un concurso de agilidad mental, se me desvanece al saber que esa inteligencia muchas veces pueda actuar en su contra. Y capáz que me estoy preocupando de más, pero me es inevitable.
En cambio el más pequeño, pronto para cumplir 3 años el mes siguiente, corre, salta, juega al aire libre y no para ni un minuto. No presta atención a nada porque lo único que le interesa es salir y divertirse. Está todo el tiempo propenso a caerse, romperse una pierna o recibir costuras en su cuerpo. Pero sé que serán accidentes y estoy preparada para enfrentarlos, porque tarde o temprano ocurrirán.
Sin embargo, los aspectos psicológicos son los que más me preocupan porque esos ... no los puedo predecir ni frenar.