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miércoles, 23 de setiembre de 2009

ALAS AL VIENTO


Pies para que los quiero si tengo alas para volar?
Frida Kalho


Es difícil cuando se conjugan tantas emociones dentro nuestro.
Saber qué está bien o qué está mal.
Saber usar la culpa como herramienta de nuestra conciencia y no como una malvada villana que nos acecha y atormenta, alimentándose de nuestro ego.
Es difícil ser positivo en un mundo lleno de pesimismo y cargar nuestra mente de asuntos bellos, en vez de hacer de nuestros pensamientos una procesión y vivir con el dolor que nos destruye poco a poco.
Es difícil vivir siempre en el amor en un mundo donde el odio libra una batalla permanente contra éste.
Es difícil sentirse vivo cuando lo que nos rodea parece estar tan muerto.
Y aún mucho más difícil es no dejarse vencer en el intento de lograrlo, no caer, no sentirse derrotado, abandonado, perdido.
Es nuestra ardua tarea sacar fuerzas de donde sea.
De nuestros amigos, que estarán allí siempre para brindarnos su mano firme, segura y desinteresada. Para escucharnos, para entendernos o contenernos.
De nuestros ancestros, que lucharon en medio de las peores guerras y sobrevivieron.
De nuestra pareja quien la tenga, que aunque muchas veces los problemas parezcan superar los idilios, permanecen allí, a nuestro lado, a pesar de los pesares.
De nuestros hijos, que nos aman por encima de todo. Que nos regalan sus lágrimas para consolarlos o sus sonrisas para deleitarnos.
O de aquel con el que "de casualidad" nos cruzamos y, sin embargo, nos brinda quizás la palabra justa en el momento perfecto.
Pero principalmente, saquemos fuerza de nosotros mismos.
Disfrutemos y vivamos el día a día, realmente como si no nos quedara otro instante por vivir.
Disfrutemos de nuestras emociones, porque son las que nos recuerdan que estamos vivos.
Aprendamos a vivir en y desde el amor por cada acción que llevemos a cabo.
El presente es ahora, es este preciso momento. No nos aferremos al pasado ni dibujemos un futuro. Creemos el mundo ahora, este es el instante al que pertenecemos. Creemos nuestro propio Universo.
Agradezcamos por cada día que hemos respirado el aliento de esta tierra y de todo lo que habita en ella.
Sonriamos al mundo, a nuestro mundo interior, para poder regalar sonrisas a todo el resto.
Animémonos, tomemos riesgos y aprendamos a volar.
Emprendamos el vuelo fantástico de la vida sin temor a desplegar nuestras alas al viento.

2 comentarios:

  1. Cuanta verdad y belleza...saber volar es un arte. Aprender a ser feliz es un proceso que lleva toda la vida.

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