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viernes, 23 de febrero de 2007

NO ME BANCO LAS HORMIGAS ...

... y eso que vivo en la ciudad.
Estoy al borde de un ataque de hormiguitis aguda. Hace ya unos meses que vengo peleando con las malditas hormigas. Invadieron la planta superior de mi casa y aún no entiendo por qué ni por dónde vienen.
Empezaron por el baño. Una hormiga un día, tres otro y al final eran como diez en el piso. Al principio las dejaba porque me daban lástima (no soy bichera, menos insectera, pero igual, me daba pena). Después, cuando fueron más, dejé de tener sentimiento compasivo y las empecé a matar a dedazo limpio nomás (total, las que venían al lugar equivocado eran ellas ... si no hubieran entrado seguirían vivitas y coleando, si es que pueden colear). Pero la cosa se empezó a poner fea. Las mataba y parecía que se multiplicaban. Siempre, desde chica, tuve la sensación que las hormigas acudían al funeral de las otras.
Aún no había manejado el veneno como opción para eliminarlas pero cuando las vi sobre la moquette de mi cuarto (y eso que es difícil verlas, porque el color de la moquette es azul-celeste jaspeadita) ya fue el acabóse. Ahí sí, metí Raid Casa y Jardín por todos lados. La moquette, el baño (ya habían invadido el murito a continuación de la bañera) y terraza de mi dormitorio. Quedaban fritas al instante. Lo mejor de todo, el veneno tiene efecto residual, así que si aparecían más, también desaparecían.
Estaba de lo más contenta cuando lo peor sucedió. Encontré hormigas en el placard de mi hijo menor (2 años). Entre su ropita pequeñita y lavadita. Entre sus zapatitos, entre sus pañales!!! Fue como que me hubieran metido una por el traste. Empecé a matarlas ya con bronca. Invadieron uno de los lugares de privilegio de mi casa. Vacié el placard, puse veneno y, otra vez, eliminadas. A todo esto, ya habían comenzado a aparecer de nuevo en el baño.
Creí que iba a tener ahí mismo el ataque que mencioné al principio (no vuelvas para atrás a leer, se trata del de hormiguitis aguda), pero no. Me controlé y empecé a hacer tratamiento intensivo. Veneno por todos lados, vaciamiento de placard por 48 horas, revisación de prendas una por una y sacudida por las dudas que quedara alguna. La prohibición a mis hijos de comer absolutamente nada en la planta superior fue inmediata. Ni el más mínimo resto de miga podía existir allí arriba. Por suerte, fue respetada.
A los pocos días, volví a encontrar hormigas en el baño. Descubrí que una jabonera que está en el murito de la bañera era un buen atractivo (se ve que los restos de jabón las atraen). Así que saqué todo lo que allí había y volví a echar veneno. En el placard, encontré alguna más pero muerta, excepto el día que vi que se estaban introduciendo por un paquete de toallitas húmedas mal cerrado (se ve que también esto las atrae). Vacié ese estante y eché veneno, revisé el resto y todo solucionado. Estaba segura que las había controlado. Sólo era cuestión de revisar todos los días y, si aparecía alguna, volver a controlar la situación con el veneno en cuestión.
Pero hoy sí me vino el ataque fulminante (porque casi muero yo también después de tanto veneno). Estaban en la cama de mi hijo (el menor)!!!. Encontré al menos 15 hormigas en su cama al momento de acostarlo. Fuera de mi, empecé a eliminarlas, destendí la cama, puse la ropa a lavar, eché veneno por todas partes, inclusive en su colchón y lo mandé a dormir con su hermano (que por suerte tiene una cama marinera). Mañana llamo a la Liga Sanitaria. Lograron ganarme estos pequeños e intolerables insectos.
Me siento derrotada, me pica todo el cuerpo (psicosis) y no paro de estornudar de todo el veneno que inhalé.
FUERA A LAS HORMIGAS DE MI PLANETA!!! Me importa nada la cadena ecológica. En mi casa eso no funciona. Y que venga Greenpeace a decirme algo nomás!!!
(21.02.2007 - 00:38 hs)

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